LIBRO EN BLANCO

¿Alguna vez has visto un libro en blanco? Pareciera que quiero gastarte una broma, pero no es así. Quiero partir de esa imagen la cual de por sí es extraña. Todos los libros están escritos, con figuras, fotos, o sin ellas; escritos en diferentes idiomas, con tirajes de cientos o miles; de colores y tamaños variados; en fin. Pero un libro en blanco...no!
Cuando el ser humano nace y comienza su camino de desarrollo, está expuesto a muchos factores, unos buenos y otros no tanto. Es como un libro en blanco que comienza a escribirse. "El autor" pasa a ser "los autores", es decir, muchos impregnan sus "conocimientos" y "preferencias" sobre la vida de uno, y no digo con mala intención sino que a veces predomina cierta tendencia de más de uno de los familiares. Me pregunto si eso es correcto. Ya sé que el pequeño es indefenso y necesita protección, alimento, cuidados,etc. Pero esa suerte de "amoldamiento" muchas veces persiste en el tiempo. A determinada edad,uno cree que ya está formado y que tiene todo lo necesario para salir a la batalla de la vida. Pero ciertamente no es cierto. Y es más, uno va aprendiendo durante toda su vida, muchas veces a costa de sufrimientos, de necesidades, como también de alegrías y satisfacciones.
Lamentablemente, lo hecho, hecho está; y nadie lo puede "borrar". Queda como historia personal, de la cual debemos sacar siempre una enseñanza.
Y además, el libro en blanco lo vamos llenando de nuestras "hojas", experiencias personales.
Como siempre pienso, mirar al pasado debe ser por dos motivos: recordar lo bueno y grato de lo vivido; y, para sacar provecho en el presente, esto es, no cometer nuevamente los errores de antes.
Todos tenemos nuestros "libros en blanco", algunos bien cuidados, otros de manera irresponsable, algunos con muchas hojas bien escritas y con contenidos dignos de ser "leídos", otros con muy pocas páginas o páginas sin "contenido".
A determinada altura de nuestra vida, tomamos la pluma en nuestras manos y comenzamos a ser los autores irremediables y fanáticos de nuestras propias vidas. ¿Qué clase de autores somos? ¿Qué clase de autores deseamos ser?

1 comentario:

ANDRES ARBULU MARTINEZ dijo...

Buen punto. Siempre cuando alguien empieza a escribir algo, utilizará su estilo personal, a lo mejor sin darse cuenta, (mi caso), pero buena la acotación, para no caer en personalismos. Es cierto también el hecho de estar atentos, y saber que siempre aprenderemos algo más de la vida. En lo particular me gusta escribir réplicas, a personas que suelen decir cosas que están “fuera de foco”, pero no subjetivamente, sino considerando razonamientos lógicos y absolutos. Y por supuesto tener la hidalguía de saber recibir críticas constructivas. Que siga adelante “La Rosa Azul”, esta excelente.